El desdoblamiento de aquello que habitualmente residiría en el muro se expande hacia la superficie terreste, el paisaje, el universo. Sun Dance nos invita a interpretar la cerámica como un lienzo: desde la textura del pigmento esparcido y la fragilidad de la materia, la obra nos impulsa a orbitar el espacio, a recorrerlo siguiendo un ritmo visual que se convierte casi en danza.

Trece soles flotan: algunos comparten un mismo plano mientras otros se escapan. Un paraje de círculos formado por cuatro colores que, al combinarse, revelan nuevas posibilidades dentro de un orden anatómico. La noción del círculo es un tema recurrente en la práctica del artista, quien indaga en la simpleza que habita la circularidad y en la universalidad de la forma. 

Los trazos remiten a un cuaderno de dibujo infantil, donde el color ilumina una figura preconcebida. La escala de las piezas plantea un reto escultórico: es la primera vez que el artista trabaja con este material, y esa experiencia marca una expansión —la misma con la que sus formas parecen extenderse, como remanente estelar. 

El trabajo de Francisco Ugarte (Guadalajara, Jalisco, México, 1973) puede entenderse como una serie de exploraciones materiales y arquitectónicas surgidas en el cruce entre experiencia y percepción. Multidisciplinario, abstracto y minimalista, utiliza medios como la escultura, el dibujo, la pintura, el video, la instalación y la intervención de sitio específico para conducir, a través de gestos sutiles, hacia una profunda atención del entorno.