Guerrero vive y trabaja en San Diego. Habiendo expuesto pintura, escultura y obra gráfica en Estados Unidos y México, como artista que trabaja en diversos medios, la altamente distinguida carrera de Guerrero une y abarca un espectro de enfoques, desde lo conceptual hasta lo pictórico, sin distinción entre ellos. La primera exposición individual institucional de Raúl Guerrero en México, en Plataforma, se concentra en la forma en que referencias, poderes y capas variables del lenguaje visual convergen, a través de la pintura, en un mismo lugar y por una misma mano. Investigando permanentemente la relación entre la publicidad, el retrato, el arte indígena y el cine, tanto de México, Estados Unidos como de las Américas, el artista crea obras que reconocen el poder inevitable del lenguaje visual para representar, pero también para ocultar, diversos pasados.

Guerrero habita la superficie pictórica como si fuera una página, una portada de libro, una estampa, un objeto artesanal, un letrero publicitario, un material educativo infantil, una postal histórica y, en última instancia, también otra pintura, para representar toda clase de eras. La obra lleva dentro de sí la relación bidireccional entre la pintura histórica occidental y la fotografía. Al poner tal combinación de imaginería en la misma imagen, o lugar, la relación entre lo aparentemente real y lo representacional permanece, de algún modo, distante, y de otro, cercana. Generalmente de trazo ligero y a menudo de tono humorístico, la pintura de Guerrero aprovecha la forma en que, al entrar en una imagen, podemos encontrar distintos grados de asociación, gravedad y reconocimiento.

Sacha Craddock